martes, 24 de marzo de 2015

SEMANA 9

En la sesión 9, el día 24 de marzo de 2015, Juan Sebastián inicio la clase haciendo un comentario sobre las dos últimas sesiones, donde nos pidió recordar qué temas se habían tratado en estas sesiones, a lo que una compañera contestó que se habían realizado dos exposiciones: la primera sobre etnografía y la segunda sobre fenomenología. Posterior a esto, Juan Sebastián nos cuestionó sobre qué significaban estos dos conceptos, él dijo, ¿movimientos? y nosotros replicamos que eran más bien dos herramientas para realizar investigación cualitativa.

Seguido a esto se definió que se debía tener cuidado con: el etnocentrismo que es juzgar al otro desde mi punto de vista y el relativismo cultural, donde debemos entender las creencias de las culturas que estemos estudiando. Como herramientas o métodos para realizar una etnografía contamos con: la observación participante, entrevistas, diario de campo, entre otros. La segunda herramienta es la fenomenología que es la subjetividad como fuente de conocimiento, no vemos la realidad ¿cómo es? Sino ¿cómo somos?, las distintas maneras de ver para generar un conocimiento.

Comenzamos con la lectura habitual de los blogs de nuestros compañeros, en está ocasión dijo Juan Sebastián que leeríamos algunas de las etnografías que teníamos para el día de hoy. La primera fue sobre un campo de golf, de la cual Sebastián comentó algunos errores de ortografía y le dijo a nuestra compañera que el diario de campo había quedado incompleto. El segundo blog correspondía a Andrés Uribe, él realizó una etnografía sobre la plaza de mercado del 7 de agosto, cuando se finalizó la lectura de este, Juan Sebastián le preguntó: ¿Realizó la salida de campo solo?, a lo que él contesto: Fui con Natalia, entonces procedimos a leer la entrada de Natalia, para poder observar que diferencias existían entre sus etnografías. Finalmente leímos la entrada de Andrea Guzmán, la cual era sobre una visita al cementerio central de Bogotá.

Teoría Fundamentada

La teoría fundamentada, escuela de chicago. Parte del interaccionismo simbólico y del pragmatismo de la Escuela de Chicago. Sandoval, describe la TF como una metodología general para desarrollar teoría a partir de datos que son sistemáticamente capturados y analizados; es una forma de pensar acerca de los datos para poderlos conceptuar. Es un método inductivo, donde se hace comprobación (desarrollos de teoría) partiendo desde lo que uno conoce, fundamentándose o argumentando de datos. Una de sus características es que es una base de conocimiento constante, que se retroalimenta siempre.

Sus principales características son: la recolección y análisis de datos es concurrente; los datos son la base de la investigación; tiende al desarrollo y descubrimiento de teorías; tiene un procesos circular; emplea técnicas de investigación cualitativa como: observación, entrevistas, memos, entre otros. El proceso circular que se nombró anteriormente consiste en: una recolección de datos, un ordenamiento de datos, un análisis de datos, una comparación de los datos obtenidos con datos existentes, una construcción de la teoría y finalmente un diseño de la investigación, este proceso es cíclico y se repite indefinidamente.
 
El proceso de la teoría fundamentada consta de los siguientes pasos: Inicialmente se debe elegir un tema de investigación; identificar la pregunta de investigación; hacer una recolección de datos utilizando métodos cualitativos o cuantitativos; categorizar la  información y codificarla; realizar una búsqueda de patrones en la información recolectada y por último revisar información relacionada.

Metodologías

Comparación Constante: Realiza simultáneamente proceso de codificación y análisis, con el propósito de ir generando la teoría de forma sistemática, por medio de la utilización de la codificación explicita y de procedimientos analíticos. Genera nuevos conceptos, categorías e hipótesis que se incorporan al proceso de análisis.

Codificación Abierta: Se centra en la identificación de los conceptos, éstos denotan a los fenómenos y una vez que el investigador los observa y estudia, comienza a examinarlos de forma comparativa y a formular preguntas sobre dichos conceptos.

Codificación Axial: Proceso de organización o de articulación caracterizado por el desarrollo creciente de los elementos que conforman la teoría. Procura ejecutar un profundo análisis sobre una categoría y descubrir las interacciones y relaciones entre ella y otras categorías o subcategorías y propiedades.

Delimitación y escritura de la teoría: La realización de una selección cada vez más selectiva y focalizada de los incidentes que serán codificados.

Muestreo teórico: Realiza de forma simultánea el análisis y la recolección de datos, lo cual permitirá al investigador ampliar la muestra cuando se necesite más información. El investigador permanentemente debe valorar la cantidad de casos y grupos que deben ser incluidos en el proceso de muestreo de cada punto teórico y tratar de no caer en la saturación teórica.

Las ventajas de la Teoría Fundamentada son: Es crítica dado su proceso circular donde es posible comparar los datos de investigación con otros datos existentes; crea rutas para organizar e interpretar datos; evita las inconsistencias; es una teoría que ha ganado credibilidad en el ámbito de la investigación y su base es la combinación de diferentes técnicas de recolección de información como fundamento. Las desventajas que posee son: No fue pensada para comprobar hipótesis; el tiempo de trabajo con esta suele ser extenso; en ocasiones se llega a la pérdida de los límites de investigación y puede llegar a ser más analítica y descriptiva que concluyente.


Al finalizar la sesión Juan nos dijo que nos iba a enviar las presentaciones que se habían realizado hasta ahora y preguntó ¿Quién se había visto la película Avatar? porque esa sería nuestra única tarea para semana santa, vernos la película y contestar una preguntas que iba a dejar en el blog de investigación cualitativa.


viernes, 20 de marzo de 2015

Etnografía- Diario de Campo

Introducción

La carrera séptima o septimazo, se puede entender como el conjunto de acontecimientos  que se desarrollan en un tiempo y espacio determinado con base a un imaginario colectivo. La consolidación de estos acontecimientos cotidianos, simultáneos y multitudinarios, permiten que el septimazo adquiera una significación de lugar en la ciudad. Generando una identidad colectiva de los diferentes sujetos que se apropian de dicho espacio.

Estos acontecimientos se encuentran en constante transformación, como respuesta a los cambios culturales, económicos, políticos y sociales que se desarrollan tanto interna como externamente. La representación de estos cambios se puede apreciar físicamente, en cuanto a las manifestaciones en el espacio o pueden ser cambios intangibles, que se aprecian como patrimonio inmaterial (historias, identidades, costumbres, imaginarios, entre otros).

El nacimiento de estos acontecimientos, que denominaremos espontáneos, emergen de la necesidad de un sujeto individual o colectivo que busca cubrir sus necesidades básicas o en ocasiones busca que su voz sea escuchada, expresando de esta manera, las demandas que tiene contra la sociedad y exigiendo al mismo tiempo una respuesta. Al consolidarse dichos acontecimientos, el sujeto genera una apropiación del espacio y este pasa a tener un significado dentro de su imaginario, convirtiéndolo en su lugar de vida.

 Es así como el septimazo es la representación simbólica de un conjunto de fenómenos sociales. Una construcción colectiva resultado de experiencias individuales, que propiciaron el cambio de la esencia del espacio convirtiéndolo en la representación actual de un conglomerado de hechos significativos que sucedieron antes. Sin embargo, el septimazo no es sólo la representación de una historia, también es sinónimo de comercio, porque este se convierte en un elemento transformador del espacio urbano y propicia junto con las actividades que allí se desarrollan, el encuentro de diferentes personas que llegan a unirse al septimazo.


Con el surgimiento del comercio informal, entendido como los vendedores ambulantes o artistas callejeros, que surgen de la necesidad de buscar un sustento económico; la carrera séptima se convierte en un lugar donde habita la cultura popular, entendida como el conjunto de prácticas de un grupo que se reconoce como una comunidad particular y de esta manera posee sus propios símbolos. Estas necesidades enmarcan diferentes propósitos, algunos marchan por un objetivo común, otros se manifiestan espontáneamente con su diversidad de intereses pero unidos como multitud y los que se sienten acosados por sus miedos terminan uniéndose en una sola masa (Durán, 2014).  Este diferente tipo de manifestaciones se puede evidenciar a través de desfiles, marchas, fiestas, carnavales, performances y muestras de arte que se pueden apreciar al realizar el recorrido por el septimazo.

Palabras Claves:

Septimazo, espacio urbano, no lugar, artistas callejeros, día familiar.

¿Cómo se vive el septimazo?

Trabajando en el septimazo

El día 12 de marzo nos dirigimos al centro, al ser un jueves, la quinta se encontraba con mucho tráfico, por lo que el taxista, nos dejó en la cra. 5 con 15, de este punto bajamos a la carrera séptima en búsqueda de la plaza de Bolívar. Mientras caminábamos pudimos observar la cantidad de personas vestidas formalmente, a diferencia del domingo, en el que la gente se vestía deportivamente. Entre los transeúntes encontramos funcionarios públicos estudiantes universitarios, uno que otro extranjero, lo cual se podía apreciar por la diferencia de sus características físicas, jóvenes altos, blanco y con cabello rubio, la mayoría con cámaras profesionales, con lo que resaltaban entre la multitud.

Eran las 11:30 de la mañana cuando llegamos a la Plaza de Bolívar, lo primero que notamos fue la presencia de varios policías del ESMAD, más adelante entenderíamos a que se debía su presencia. Estos estaban ubicados a lo largo de las edificaciones que se encontraban alrededor de la Plaza.  En esta era posible observar una gran aglomeración de palomas, por ende los vendedores de maíz estaban presentes. También vimos turistas que se acercaban a la estatua de Bolívar a tomarse una foto. Al caminar hacia el congreso, observamos que estaba rodeado por paneles en serie, que tenían imágenes de símbolos representativos de cada una de las culturas de Colombia, mostrando que aquí se centra la toma de decisiones que afectan a la nación y cómo este se preocupa por hacer inclusivos a todos los ciudadanos.

Al frente de la Catedral, se encontraban unas carpas de color blanco en donde se comercializaban postres y productos típicos de algunas de las regiones del país. Esas carpas pertenecen a la Red de economía de la Candelaria, proyecto de inclusión social que involucra a las comunidades más vulnerables de dicha localidad.

Saliendo de la Plaza, ya sobre la séptima, se escucha el ruido de máquinas, estas son utilizadas en una obra de construcción, que tiene un letrero que dice: “La 7a! Cada paso una historia. La nueva 7a! será un lugar en donde como comerciante, podrás exhibir tus productos en espacios diseñados para tal fin. Tus clientes podrán comprar con tranquilidad mientras caminan en un espacio con mucho verde y libre de vehículos.”, esto hace parte del proyecto de revitalización de la carrera séptima que tiene como objetivo que esta vuelva a ser un camino peatonal, como lo era a principios del siglo XIX.

Caminando desde el Éxito hasta la calle 12b, encontramos que la mayoría de los nombres de los establecimientos como Davivienda, Banco de Occidente, tenían su letrero en letras doradas, podemos deducir que esto se debe a que como la arquitectura de esta zona de la ciudad es de la época colonial, para que estas construcciones no pierdan su esencia, se opta por usar este tipo de nomenclatura. Entre las cosas más representativas se observó que en una cuadra sólo habían establecimientos comerciales nacionales, como: el Only, Murillo Toro, El Baúl de Eva, entre otros. En la esquina del edificio de CityTV, en la cra. 7 con Av. Jiménez y al igual que el día domingo, esta se encontraba llena de emboladores.

Pasando la calle se podía ver una gran multitud de hombres, su edad oscilaba entre 40 y 60 años, y su actividad era la comercialización de esmeraldas en bruto. En este punto terminan las obras de construcción y comienza la calle peatonal en dos sentidos, diferenciados por una hilera de materas. Pasando la Iglesia de San Francisco, se observa un fila larga de mucha gente, con apariencia de ejecutivos, estas personas se encuentran haciendo fila para ingresar a la sede principal de la DIAN. Nos acercamos a este edificio y encontramos mucha gente vendiendo formularios, así como muchos asesores que ofrecían sus servicios en diferentes trámites. Al lado de la DIAN queda el Museo del Oro, este tenía también una fila, pero no muy larga.

Más adelante, se observa una carpa que pertenece al IDRD, en esta se encuentra un funcionario que es el encargado de alquilar las bicicletas del plan Bici7. Al dirigirnos  a él y preguntarle que debíamos hacer para alquilar una bicicleta, él nos contestó: “Deben inscribirse en la página web”. Seguimos avanzando, cuando de repente vemos una multitud de personas, al acercarnos escuchamos un señor que decía: “El arte no es valorado”, debo decir que esa voz se me hizo conocida y cuando me acerqué, era el mismo señor que había visto el domingo, él cuál hacía figuras de plástico derretido, usando los vasos que reciclaba. Mientras lo observaba un señor le preguntó: “¿En cuánto me deja este cisne?”¸a lo que él contestó: “Se lo dejo en 5000 pesitos”¸ el mismo cisne que el domingo tenía un costo de 10.000 pesos.

Continuando, vi un señor que tenía un carro de los de hacer mercado, dentro del carro tenía dos perros de raza pequeña, uno parecía salchicha y el otro criollo, del carro halaba un perro grande, inmediatamente como por inercia me dirigí a él, no fui la única, justo en ese momento un señor se acercó y le obsequió una botella de 2L de agua. Mientras consentía los perros, la gente pasaba y con ojos conmovidos los observaba, él señor sólo decía: “Sólo necesito algo de comida para alimentarlos”, enternecida por estos perritos le obsequié algo de dinero.

Entre el edificio de Avianca y CITIBANK, encontramos una zona, donde los vendedores ambulantes se dedicaban sólo a vender minutos,  seguimos con nuestro recorrido y algo  todavía nos parecía extraño en ese momento, es que a medida que avanzábamos, todos los bancos se encontraban protegidos por una hilera del ESMAD, pero la calle se sentía muy tranquila, en ese momento no entendíamos el ¿Por qué? Antes de llegar a la cra. 7 con calle 19, al lado de un establecimiento  comercial de ropa, algo llamó mi atención, era un epitafio sobre Nicolás David Neira, quien murió el 6 de mayo de 2005 luego de permanecer unos días hospitalizado, por una golpiza que le dieron agentes del ESMAD, en una marcha el día del trabajo.



Imagen 1 Epitafios de jóvenes que han sido asesinados por el ESMAD, durante disturbios en la ciudad de Bogotá.
Fuente: Elaboración propia.

Llegando a la calle 19, vimos un grupo de personas que se encontraban marchando, en ese momento entendimos a que se debía la presencia del ESMAD durante todo nuestro recorrido. La marcha que se divisaba era de la  Confederación General de Trabajo (CGT),  al ver las pancartas que llevaban se podía observar que hacían alusión a los derechos de los trabajadores, marcha que seguían camarógrafos de la Universidad Gran Colombia. Ya en la 19 se sentía mucho el flujo de carros, por primera vez escuché pitos y el rozamiento de las llantas con el cemento. Observando hacia el oriente y el occidente, habían una gran cantidad de establecimientos: restaurantes, bares, droguerías, tiendas, billares, entre otros, además una gran cantidad de vendedores ambulantes que se situaban sobre el suelo, generando un alto ruido visual.

Pasando la calle, nos acercamos a una señora de la tercera edad, ella llevaba un bastón y nos preocupaba que el cambio de semáforo, no le diera el tiempo suficiente para cruzar, así que decidimos acompañarla, en este corto lapso de tiempo, ella nos dijo: “Este no es un país seguro como Estados Unidos. Aquí uno sale pero no sabe si vuelve”. Nuevamente en la parte peatonal vimos el primer grafiti en el piso, pero la gente pasaba por encima de este, no parecía que lo vieran. Otra cosa curiosa que observamos es que las casetas estáticas de los vendedores ambulantes y muchos de los establecimientos comerciales, tenían pegado afiches con la imagen de Carlos Alberto Pedraza, en ese momento no sabía quién era, pero leyendo supe que era un licenciado en Ciencias Sociales y dirigente del movimiento Congreso de los Pueblos, que fue encontrado muerto el pasado 21 de enero, por la Policía Judicial con un disparo en la cabeza en el municipio de Gachancipá, al norte de Bogotá.

En la calle 20, se veían unas carpas naranjas de ETB y en ellas un grupo de emboladores que lucían un overol naranja con la marca ETB. Esto es sólo una forma más de promocionar la marca en sus consumidores. Al dar unos cuantos pasos, observamos lo que denominamos calle de los dibujantes, en esta calle se veían colgados en la pared muchos retratos y caricaturas, con diferentes técnicas, carboncillo, pasteles, color, entre otros, en esta calle se percibía un fuerte olor a marihuana.

Viernes de Septimazo

El día 20 de marzo salimos de la javeriana, eran alrededor de las 5:00 p.m. Nuestro punto de partida fue  Terraza Pasteur, un centro comercial que se percibía solitario, tenía muchos locales vacíos y al entrar no se veía un gran flujo de personas. Ya en la séptima el olor a pincho o chuzo, como lo promocionaban, era un olor atrayente. Por otro lado había un gran número de personas, que caminaban de sur a norte, no sé si era porque nos encontrábamos en la hora pico, y todo mundo volvía a sus casas, pero comparada con este flujo, las personas que íbamos de norte a sur éramos pocas.

Más adelante, después de pasar el parqueadero que los domingos se convierte en el famoso mercado de pulgas San Alejo, había un carro de pizza, el olor era penetrante y había mucha gente comprando. Seguimos con el camino y encontramos nuestro primer grafiti, pero este no estaba todavía listo, el joven, que tenía por mucho 16 años, se encontraba apenas iniciando con su labor artística. A unos cuando pasos, se veía una multitud de aproximadamente 20 personas, estaban escuchando un músico, quien interpretaba una pieza de jazz.

En la calle 22, en la puerta del restaurante Criollitas, había una venta de discos vinilo, estos tenían un precio de 3.000 pesos, enseguida se podía ver una venta de libros, estos parecían usados y los vendía un señor con una piel trigueña y una gran barba. Seguimos caminando, cuando observamos dos jóvenes extranjeros, de piel blanca y cabello rubio, que tenían un letrero que decía: Estamos de viaje. Apóyanos, al lado de ellos se veían objetos hechos en madera.



Imagen 2 Venta de discos vinilo. Fuente: Elaboración propia 

En la calle 20, al frente de ETB nos encontramos con un cantante de blues, que no tenía muchos espectadores a diferencia de un tumulto de gente que se divisaba desde lejos, decidimos ir hacia ellos, y se trataba de unos jóvenes bailando break dance, se turnaban entre ellos y cada uno hacia un show con sus mejores pasos. Terminando esta calle encontramos más jóvenes pintando grafitis con tizas, todos realizaban personajes diferentes, algunos pintaban a Goku el de Dragón Ball Z, otros dibujaban a Frida Kahlo, se podían encontrar diferentes personajes.



      

Imagen 3 Grafitis en tiza. Fuente: Elaboración propia 

En la calle 16, al frente del Fuera de serie (FDS), encontramos a un imitador de Michael Jackson, este tenía cerca personas observándolo, pero lo curioso es que las materas que sirven como división de la calle peatonal, empiezan a ser utilizadas como sillas, para poder estar de una forma más cómoda mientras se observa el show. Avanzando unos pasos, encontramos un grupo de personas, sentadas en aproximadamente tres mesas, nos acercamos a ver que estaba pasando ahí y nos dimos cuenta que se trataba del programa Ven a Engomarte en la calle, patrocinado por Bogotá humana y que busca con ayuda de un aporte voluntario mantener esta actividad viva, promoviendo la tolerancia e invitando a no apostar.

      

Imagen 4 Imágenes de Ven a Engomarte en la calle.Fuente: Elaboración propia 

Caminando hacia la calle 19, observamos como aproximadamente 150 personas se encontraban en círculo, al acercarnos se escuchaba cada vez más fuerte el sonido de la salsa choque, al entrar en medio de la multitud, vimos que se trataba de un joven de tez negra, de aproximadamente unos 27 años, con una niña con la misma tez, de más o menos 12 años, ambos se encontraban vestidos con sudadera de color amarillo y rojo, y bailaban de una manera contagiosa, que la gente sólo observaba con cara de asombro. Por la misma calle el sonido fue cambiando, ahora de fondo se escuchaba el sonido de una zampoña y lo que parecía ser un charango, estos sonidos provenían de un grupo de música andina, que reunía aproximadamente 60 personas.

Una vez llegamos al McDonal’s, observábamos cada vez menos gente y del recorrido de la Jiménez a la Plaza de Bolívar, las personas seguían disminuyendo, de igual manera los sonidos y el ambiente a fiesta que se sentía de la Jiménez hacia el norte, prácticamente había desaparecido. Una vez nos encontramos en la Plaza de Bolívar, con la luz del sol a punto de ocultarse,  alrededor de las 6:00 p.m., se veía en el fondo una protesta de trabajadores informales, los cuales decían: ”Somos parte del sistema”, pero la T de sistema era la T de Transmilenio, no sabemos si estos tenían relación alguna con este.

En ese momento ya eran cerca de las 6:20 p.m. y comenzaba a hacer mucho frío, así que decidimos ir a tomar un chocolate en la Puerta Falsa, mientras llegaban las 7:00 p.m., ya que entre nuestros objetivos estaba observar las dinámicas que se desarrollaban en las actividades del viernes en la noche. La puerta Falsa, está ubicada al costado derecho de la Catedral Primada, es la única de su cuadra que se salvó del incendio del 9 de abril de 1948, y está consagrada como uno de los lugares tradicionales de Bogotá. Es famosa por su aguapanela con queso y almojábana, así como los deliciosos tamales y el chocolate con queso. Por este establecimiento han pasado numerosos políticos, poetas, artistas, entre otros.

Alrededor de las 6:55 p.m. salimos de la Puerta Falsa, justo en ese momento vimos como las carpas de la Red de economía de la candelaria, comenzaron a recoger sus cosas, en la plaza ya no se observaban palomas y la protesta de los trabajadores informales seguía en marcha. Al caminar se percibía olor a aromática, por lo que podemos deducir que ya en la noche, debido al clima, estos carros de aromática salen a trabajar.

Al pasar la Av. Jiménez y dejar a un lado la revitalización de la séptima, se comienza a sentir un ambiente de fiesta. Al frente de la Iglesia de San Francisco, se ve una multitud de 120 personas, al acercarnos, podemos ver que se trata de un señor que se acuesta en una tabla de clavos, mucha gente impresionada le observa. Este es sólo el comienzo de una gran cantidad de variadas actividades. Mientras caminábamos vimos cuando un vendedor de pulseras saludo a una joven, le dijo: “Hola, ¿Cómo estás?”, pero esta siguió derecho sin por lo menos sonreír, entonces él joven le replicó: “Oye, es deber saludar. Eso lo enseñan en colegio”, por la misma acera también se veían algunas personas viendo libros, había una pequeña colección de libros, y todos eran a 2.000 pesos.
Seguimos con nuestro camino, cuando una vendedora de pulseras tejidas nos abordó, vendía unas pequeñas pulseras en forma de atrapa sueños, como realmente me gustaron, me detuve y le pregunté: “¿Qué precio tienen?”, ella me dijo: “Hoy están a promoción, sólo cuestan 5.000 pesos”

De repente comenzamos a percibir un olor como a rellena, y al ir acercándonos vimos un carro de venta de fritanga, era una especie de carro de perros calientes, pero con un sartén lleno de rellena, chunchullo e hígado. A unos pasos había un señor tocando flauta, era la tercera vez que lo veía, pero al igual que las anteriores, parecía que su oficio no era apreciado, más en este viernes donde el sonido de su flauta se perdía entre la bulla de la gente. Otro olor fuerte que sentí, fue ese olor característico de los carros de perros, la cebolla. Más adelante nuevamente nos encontramos con un grupo de música andina, que habíamos visto en nuestro camino hacia la plaza de Bolívar, pero en esta ocasión ya tenían más público, contamos aproximadamente unas 150 personas. Cuando me acerque a verlos, pude observar que los músicos eran indígenas.

Seguimos con nuestro camino y a esta hora el olor a cigarrillo y la cantidad de personas tomando cerveza iba en aumento. El contraste con la hora laboral de salida, era bastante, ya no se percibía el ambiente de gente que salía rumbo a sus casas, si no más se percibía una gran cantidad de jóvenes relajadas, pasando un rato ameno con sus amigos, era como una fiesta en la calle. En medio de la calle vimos a un señor de aproximadamente 65 años, llevaba un traje y sombrero de color blanco y su aspecto era muy prolijo, en ese momento se encontraba bailando en la mitad de la calle, sin embargo muy pocas personas se detenían a verlo así que le ofrecimos dinero. Inmediatamente nos sonrió y nos dijo que nos tomáramos una foto con él, ya que no podía desaprovechar la oportunidad de tomarse una foto con unas niñas tan hermosas. Al acercarnos, pude percibir una fragancia de aroma exquisita que quedó impregnada en mi ropa toda la noche.




Imagen 5 Señor bailando salsa.Fuente: Elaboración propia

Llegando a la 19, se escuchaba de fondo una canción de vallenato, esta provenía de un karaoke que se encontraba en una esquina, el cual tenía incorporado un televisor donde se proyectaba el video musical de la canción que estaba sonando. Justo en la esquina de la calle 19 con cra. 7, al igual que el día domingo, se encontraba un vendedor de yacón, que tenía un letrero que decía: Sirve para todas las enfermedades”. A medida que avanzábamos había un mayor flujo de personas. Desde este punto es posible ver la torre Colpatria y su iluminación de leds, que van formando peces que pareciera que se van moviendo. Ya eran aproximadamente las 7:45 p.m. y aún seguían los jugadores de ajedrez. En este punto debo decir que el olor a cigarrillo era cada vez más intenso.

Al frente de ETB se ve una gran multitud de gente y se escucha un fuerte sonido de música tropical, se trataba de 7 jóvenes universitarios, se notaba por sus maletas, 2 interpretaban la trompeta, 2 tambores, uno la guacharaca y 2 el clarinete, la gente se sentaba en las materas y todos parecían disfrutar de este espectáculo. Al pasar unos 20 minutos los jóvenes se levantan y se van, asumimos que ya habían recolectado lo suficiente. Otro aspecto importante que notamos, es que en este momento ya no había bicicletas, la calle parecía sólo de uso peatonal.

De ciclo vía por el septimazo

El día 15 de marzo nos encontramos en la Plaza de Bolívar para dar inicio al recorrido por el septimazo. Como es habitual, los domingos son un día de ciclo vía, así que lo más natural es observar bicicletas por todas partes, sin embargo, el sonido que producen no es tan relevante o notorio.

Eran las 11:00 de la mañana cuando empezamos el recorrido y lo primero que notamos fue la cantidad de actividades comerciales que se desarrollaban en ese espacio. Desde la venta de maíz para dar de comer a la gran cantidad de palomas que se aglomeran en el centro de la Plaza, hasta la venta de fotografías instantáneas que se toman al lado de llamas, animales nobles, que generan algún tipo de felicidad en los niños que se acercan con el objetivo de tocarlas y acariciarlas.

También se pueden observar hombres de edad avanzada vendiendo helados caseros, caracterizados por ser comercializados dentro de una pequeña nevera de icopor de color azul claro y por supuesto, es infaltable la venta de helados de Crem Helado. Así mismo, la venta de Bonice, algodón de azúcar, agua, salpicón, fruta picada y una innumerable cantidad de productos que buscan ser vendidos a niños, jóvenes o a adulos mayores.

Al caminar por la Plaza de Bolívar, se puede ver a la gente con los ojos entrecerrados por el sol que brilla sobre el rostro de cada uno de los que se encuentran ahí, gente tomándose fotos junto a la estatua de Bolívar y muchas otras sentadas sonriendo, hablando, pensado o simplemente mirando hacia algún lugar. También se pueden observar niños corriendo de un lado a otro detrás de las palomas, haciendo burbujas y explotándolas al mismo tiempo.

Más adelante, en plena séptima, se observan personas disfrazadas de personajes de películas reconocidas, como Chucky, el gato con botas y Alvin de Alvin y las ardillas. Personajes que se encuentran con las miradas de asombro de los transeúntes que se detienen para detallarlos. Al lado, se encuentran unas carpas de color blanco en donde se comercializan collares, aretes, obleas, miel de abeja, entre otros productos. Esas carpas pertenecen a la Red de economía de la Candelaria, proyecto de inclusión social que involucra a las comunidades más vulnerables de dicha localidad.

Siguiendo el recorrido, se puede detallar que las personas que pasan por ahí están vestidas de manera informal, algunos llevan jean y camiseta, otros pantalonetas y algunas mujeres llevan leggins y ropa de ejercicio, además, algunos usan gafas oscuras y gorras para apaciguar el inclemente sol que cae sobre la ciudad. Algo muy diferente a la ropa que suele usarse entre semana (lunes a viernes) Teniendo en cuenta esto, se puede analizar cómo las dinámicas de las personas cambian dependiendo de los días. Los domingos, las personas se ven un poco más despreocupadas, disfrutando con sus familias, sacando a pasear a sus mascotas y dejando a un lado el traje de oficina, el horario laboral y el tráfico que pueden llegar a causar tanto estrés.

En la carrera séptima con calle 12 hay una obra en construcción, por ello, este lugar se caracteriza por el ruido de máquinas y de obreros gritando, también por el polvo y por la obstrucción de la vía, lo cual hace que las personas tengan que caminar por un espacio un poco más reducido. Al caminar cerca a las edificaciones, se puede observar la gran cantidad de carteles, afiches y publicidad que no solo causa contaminación visual, sino que queda en el olvido, puesto que muy pocas personas se detienen a ver la información impresa.

De un momento a otro, se empieza a escuchar música a todo volumen, familias hablando, murmullos, risas, extranjeros hablando inglés y miles de vendedores ofreciendo sus productos, todos asegurando los precios más bajos. En la misma cuadra, un señor de unos 38 años, de barba espesa se encuentra haciendo retratos, sobre la pared tiene pegados algunos de sus trabajos. Sin embargo, muy poca gente se detiene a ver a este artista. Esto nos hace pensar en que el arte no es valorado y en que en las destrezas de este señor se desperdician en la calle.

En la esquina de la séptima con calle 12B, se puede ver un edificio, el cual tiene un letrero que dice lo siguiente: “Prohibido fijar avisos y carteles”, sin embargo, el edificio está lleno de publicidad, es como si el letrero incitara a hacer todo lo contrario o como si a las personas no les importara inundar la ciudad con avisos que en realidad no son efectivos. Al seguir caminando, se empieza a ver nuevamente una gran cantidad de comercio: venta de sombrillas, cordones, plantillas, medias y demás artículos.

Después de caminar algunas cuadras, llegamos a la Estación del Museo del Oro, en donde se encuentran los estudios del canal CityTv en el que se graba el programa Bravísimo, en este espacio se pueden observar personas que se detienen a observar la grabación, sin embargo no es mucho lo que se puede ver, solo una luz blanca y algunas cámaras y por supuesto, se escuchan las voces de los presentadores que rara vez se asoman a ver a la multitud que detiene su caminata y se deslumbran con el hecho de poder ver a algún famoso. En esta esquina se puede ver un grupo de emboladores trabajando.

Pasando la calle, se encuentra la iglesia San Francisco, un lugar majestuoso que se ha deteriorado con el pasar de los años, justo ahora se encuentra en restauración y se observa un acordonamiento del lugar con paneles que muestran algunos de los monumentos que posee la iglesia, paneles que solo parecen ser apreciados por los adultos mayores, que son quienes se detienen a leerlos, mientras para el resto de la gente parece indiferente.  Al acercarse más a la iglesia se puede notar un olor predominante a orina. Frente a esta, se encuentra un puesto en el que venden salpicón, bananos y mangos, el señor que atiende es de tez negra y por su acento se nota que no es oriundo de Bogotá. Junto a este puesto se puede observar un carro en el que se vende jugo de caña de azúcar.

Más adelante se observa la venta de imitaciones de camisetas de diferentes equipos: Millonarios, Santa fe y Real Madrid, esta última parece tener gran acogida desde que James Rodríguez fue contratado por dicho equipo, Todas estas camisetas se encuentran sobre unas bolsas negras en el piso. Al lado, venta de zapatos y bolsos. Mientras caminamos, empezamos a escuchar música andina y es inevitable no acercarse a ver a tres jóvenes quienes con sus instrumentos (tambor, flauta y guacharaca) resaltan la cultura. Al acercarnos a ellos, podemos observar que tienen una variedad de artículos y al verlos detenidamente, nos comentan que son un grupo de jóvenes emprendedores, recicladores y madres de familia que realizan dichos productos con materiales reciclables, con lo cual buscan aportar un granito al medio ambiente.

Al continuar con el recorrido por el septimazo, se pueden ver nuevamente unas carpas blancas en las que se comercializan todo tipo de productos artesanales, se trata de la Feria de discapacidad y cuidadores, la cual se realiza con el apoyo de la alcaldía de Santa fe. Al frente un puesto de tatuajes temporales, fotografías con cámaras antiguas, una cámara de color negro, de un tamaño considerable, que de solo verla causa admiración, al lado de esta, un balde con un líquido transparente en el que se revelan las fotos.

Al dar unos cuantos pasos, podemos observar a una gran cantidad de personas rodeando a un señor que se encuentra sentado en el piso, a su lado tiene una bolsa negra llena de vasos plásticos, una estufa de gasolina, un mazo, un alicate, un balde de agua y una tabla de madera, al frente tiene unas figuras hechas de plástico y una caja de metal de Buchanan´s en donde tiene billetes de mil, dos mil y cinco mil pesos. El señor empieza a coger los vasos de plástico, los derrite y les va dando diferentes formas, constantemente pone las figuras que va haciendo en agua para poder manipularlas de una mejor manera. Este trabajo genera admiración y asombro y por ello no es raro ver a las personas con sus celulares tomado fotos. En el momento en el que presenciamos su trabajo, contamos cincuenta personas entre niños, jóvenes y adultos que quedaban atónitos con tan maravilloso trabajo. Mientras va haciendo sus figuras dice: “Colombia es un país que no aprecia el arte”.

    


Imagen 6 Artista Callejero
Fuente: elaboración propia 

Al finalizar su trabajo, el señor hace una rifa, donde cada uno de los cartones tenía 5 posibles números ganadores, mientras que los ofrecía decía: “2 cartones por 1.000 o lleve 5 por 2.000, gana el primer número que saque y participa con la lotería del meta”, inmediatamente la gente comenzó a comprar los cartones y en unos minutos ya tenía aproximadamente 12.000 pesos, entonces él comenzó a decir: “Se están acabando los cartones, escojan uno por 500”, después de esto procedió a sacar el número ganador que fue el 2 y se lo ganó una niña que tenía alrededor de 7 años. Finalmente ella escogió uno de los muñecos que había hecho el señor y el proceso inició nuevamente. Recuerdo que alguien le preguntó el costo de las figura y él respondió que cada una tenía un valor de 10.000.

Continuamos con el recorrido y empezamos a ver la venta de libros, películas, música, caricaturas y puestos de chorizos, arepas, pinchos y mazorcas, por lo tanto, se comienzan a percibir distintos olores, pasando la cuadra continúan las demostraciones de arte, jóvenes emprendedores que venden figuras realizadas con alambre y latas de cerveza, vitrales y nuevamente caricaturistas y pintores.

Llegando a la carrera séptima con calle 17 se encuentra un tumulto de gente que no permite transitar con tranquilidad, se escuchan vendedores alzando sus voces, música a todo volumen, pitos, personas hablando, niños llorando. Son tantos sonidos, que en realidad es muy poco lo que en realidad se puede escuchar con claridad. La contaminación auditiva es predominante, pero al parecer la gente está acostumbrada a eso.  En una esquina, se encuentra un carro en el que se vende lechona a $3.000, ya es la 1:00 p.m. y las personas se aglutinan para comprar una porción.

Ya llegando a la calle 19, el flujo de personas va disminuyendo, íbamos caminando cuando vimos a un lado de la acera, unas fotos que colgaban de una cuerda ubicada entre dos árboles, jóvenes y adultos mayores se acercaban a ver y a leer. Se trataba de una exposición fotográfica  denominada “Porque el ojo y el lente no mienten”, en esta se podían encontrar una diversidad de fotos y leyendas alusivas a la memoria, al olvido, a las marchas y movilizaciones. Había fotos del Movimiento Nacional de Víctimas de Crímenes de Estado, del origen del conflicto armado, se muestra la violencia en contra de indígenas, campesinos y poblaciones vulnerables.

Se trata de un espacio que invita a no olvidar, un espacio que muestra una realidad desde el punto de vista de las víctimas, un trabajo fotográfico y de recopilación de archivos que pretende postergar el olvido que seremos. También se pueden observar fotos de policías tratando de quitar la exposición y frases como: “el que lee, vive menos”. Evidentemente es un espacio en el que se pueden identificar y visibilizar relaciones de poder

Mientras vemos la exposición, se empiezan a escuchar los pitos, motores y ruido que generan los buses que transitan por la calle 19 y al mismo tiempo, se pueden ver indigentes que piden alguna moneda o pan, sin embargo, sus ruegos son indiferentes para los transeúntes que caminan y los miran con desconfianza o peor aún, ni siquiera los miran.

Este recorrido evidencia la cantidad de creatividad, versatilidad, innovación y recursividad que se encuentra en la séptima. Es un lugar de artistas, de música, de olores, sabores y de colores que exterioriza la multiculturalidad de todo un país. En una esquina nos podemos encontrar con la comercialización de lechona tolimense y en la otra con arepas paisas y más adelante con chontaduros o jugo de caña de azúcar. La séptima es un lugar que permite conocer la historia, apreciar la arquitectura, entablar una conversación, admirar monumentos, escuchar música, conocer historias de vida, ver exposiciones fotográficas de manera gratuita. Es un lugar en el que no se permite olvidar, nos hace recordar y al mismo tiempo nos permite construir y transportarnos a otros lugares y épocas.

Al finalizar el día

¿Qué es el septimazo? ¿Qué relaciones se dan en el septimazo? ¿Cómo se construye la historia a través del imaginario de los habitantes de la séptima? ¿Qué dinámicas de poder propician la construcción de elementos simbólicos en el septimazo? Estas son sólo algunas de las preguntas que buscábamos respondernos con ese estudio sobre el septimazo. Inicialmente con la investigación que se realizó entre todos, ya teníamos una idea de lo que nosotros pensábamos encontrar, pero al  realizar el trabajo de campo, observamos que lo investigado se queda corto con todo lo que se puede observar durante este recorrido que inicia en la Plaza de Bolívar y finaliza en la torre Colpatria. El septimazo es realmente un sistema complejo, tiene n entradas y tantos colectivos internos que es difícil concluir algo para cada uno de ellos.

Lo primero que se evidencio, es la diferencia de las actividades dependiendo del día que se realizaba el domingo, desde mi punto de vista, de lunes a viernes de 7-5pm, en un lugar que acoge a muchos individuos que vienen de otras partes de la ciudad e incluso personas externas a Bogotá, con diferentes objetivos; los viernes en la noche es un lugar de fiesta, donde lidera la presencia de jóvenes  y el ambiente que se siente es percibido como una fiesta al aire libre, donde la gente se aglomera en ciertos puntos, dependiendo de sus gusto culturales o culinarios, porque estos días abunda el comercio y los domingos es un total casi familiar, la cantidad de familias que se ven caminando por la séptima es enorme y de esta misma manera, los habitantes de la séptima se transforman y brindan algo nuevo a este público.

Pero ¿Por qué los bogotanos no lo visitan? Al principio se planteó el tema de inseguridad, pero en el trabajo de campo nunca pude percibir la inseguridad de la que hablábamos, tal vez por lo confiada que soy, pero ninguno de los días me inspiro desconfianza, excepto por un pequeño detalle, los indigentes, es inevitable y también lo pude observar, que cuando la gente va caminando tranquilamente en la séptima y aparece uno de estos personajes, inmediatamente las personas se hacen a un lado. En este momento entendí que tal vez no sea inseguridad sino desconfianza. Por otro lado, cuando comentaba que me iba a realizar un trabajo de campo a la séptima, lo primero que me decían era: “No lleves joyas, vete mal vestida”, cosas de este tipo, pero no entendía porque tanta prevención.


Hablando con algunas personas, pudimos deducir que esta percepción, no se da directamente porque el septimazo sea inseguro, sin que estemos diciendo que este es completamente seguro, sino que los límites de la séptima, como la décima o la intersección con la 19, son lugares donde constantemente hay mucha inseguridad, robos diarios y noticias acerca de bandas que atracan en esta zona. La mayoría de las personas al escuchar esto asocia como peligroso todo el centro y por ende el septimazo, de aquí los altos índices de percepción de este como un lugar inseguro. Partiendo de esto, entendimos que para ver que es el septimazo en sí, es necesario también analizar las dinámicas que se presentan en su entorno y ver cómo estas influencian de manera positiva o negativa, la construcción de cultura que se realiza día a día.


lunes, 9 de marzo de 2015

SEMANA 6


La sesión número 6 inició con la entrega de los parciales que habíamos tenido la semana pasada. Después de esto  Juan Sebastián dio paso al grupo que iba a  realizar la exposición sobre la etnografía. A continuación realizaré un pequeño resumen sobre los temas tratados en la exposición: La etnografía es un método de estudio, que nos permite describir las costumbres y tradiciones de una cultura. Por medio de este es posible conocer la identidad de una comunidad y como está se desenvuelve en un ámbito sociocultural específico. Esta surge a finales del siglo XIX.

La etnografía se caracteriza por ser holística, ya que abarca todos los aspectos tanto internos como externos, que configuran una comunidad, de carácter inductivo porque por medio de los datos adquiridos en la observación, se extraen unas conclusiones, y fenomenológica porque es objetiva, en el punto que trata de determinar si los contenidos son reales, ideales o imaginarios.

En este punto el profe hizo una interrupción para hablar de que muchas veces los investigadores que realizan etnografía pierden su enfoque, él comento que esto le sucedía más que todo a los antropólogos, porque ellos se metían tanto, que llegaban a un punto donde perdían su enfoque y se quedaban viviendo en la comunidad, en medio del peligro que corren porque con el tiempo no sólo pierden su objetivo de investigación sino que también pierden su identidad.

 Entre las herramientas que se usan para la etnografía tenemos: Los diarios de campo que sirven para ir registrando poco a poco lo que se va observando; las notas, en las que se debe pensar primero sobre que vamos a escribir, como lo vamos a escribir y cuando, aquí Juan Sebastián nos dio un tip, nos dijo que durante la investigación a veces se perdían los datos, entonces era mejor ir observando y anotando de una vez, también es importa tener en cuenta el espacio, los actores, las actividades, el tiempo, los objetos y los sentimientos, Juan dijo: “Escriban lo que sientan; Usar grabaciones que nos sirvan como soportes, y de la misma manera grabar todas las entrevistas que realicemos; Usar la cartografía pero no tal cual la encontremos, sino después de realizar un análisis sobre esta.

En los documentos, es importante destacar las cosas relevantes y realizar un resumen de estas; las anotaciones analíticas, deben ser resultado de un dialogo interno sobre lo que conocemos y como lo hemos adquirido, para así plantear unas líneas de análisis;  Consultar información que se asocie con nuestras categorías de análisis y organizar estos datos por categorías; Organización de la información, en esto es importante codificar el registro de los documentos, almacenar los archivos informáticamente y realizar copias de estos.

Entre los tipos de etnografías encontramos: antropológica, que se centra en analizar cómo vive la comunidad y las costumbres y tradiciones que tienen; la clásica, que se encarga de ver las características en común de las personas que están en la comunidad; sistemáticas, que se basa en estructurar el pensamiento y ver como es la estructura pero desde el punto del nativo; interpretativa, que analiza e interpreta la comunidad, su base en la inferencia, y la etnocientífica, que se encarga de ver las diferencias de la cultura y se centra en ver como es el desarrollo del aprendizaje en la comunidad.


Para finalizar la clase, Juan Sebastián nos mostró un video sobre algunas cosas que pasaban en Facebook y twitter, a personas que realizan comentarios o publicaban eventos sin filtros, y que en ese momento no pensaban en las consecuencias. Ese video realmente me sorprendió no había visto ese tipo de noticias y no me imaginaba que un simple comentario en una red como twitter, podría desencadenar  consecuencias de tipo legal.